full
Lunes 22 de Abril de 2024 / La Palabra de Dios da estabilidad
Para siempre, oh Señor, tu palabra está firme en los cielos.
Salmo 119:89 NBLA
En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti.
La Palabra de Dios da estabilidad
Estos dos versículos nos proporcionan dos lemas de oro para nuestra vida. Exponen el verdadero lugar de la Palabra: “Firme en los cielos” y “atesorada” en el corazón, dando así al cristiano toda la estabilidad y seguridad moral que solo la Palabra es capaz de comunicar.
Es una gracia y un privilegio inefable poseer algo “firme” en medio de tanto conflicto y confusión, discusión y controversia, opiniones contrarias y dogmas humanos. Es un dulce alivio y un gran descanso para el corazón hallar algo en lo que apoyarse en la tranquila confianza de la fe. Qué preciosas son estas palabras: “Para siempre, oh Señor, tu palabra está firme en los cielos”. Nada puede tocar esto. Está por encima y más allá del alcance de todos los poderes de la tierra y del infierno..
Pero recordemos la contrapartida: “En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti”. En esto vemos la gran salvaguarda moral para el alma en días tan oscuros y malvados. Tener la Palabra de Dios atesorada en el corazón es el secreto divino para estar protegido de todas las asechanzas del enemigo y todas las influencias malignas que actúan a nuestro alrededor. Satanás y sus agentes no pueden hacer absolutamente nada contra un alma que se aferra reverentemente a las Escrituras. El creyente que ha aprendido, en la escuela de Cristo, la fuerza y el significado de la frase imperativa “escrito está”, está a salvo de todos los dardos de fuego del maligno.
En todo momento, el punto principal para el pueblo de Dios es la obediencia. ¿Obediencia a qué? ¡A la Palabra de Dios! ¡Qué descanso para el corazón! ¡Qué autoridad para el camino! No hay nada que se la asemeje. Tranquiliza el espíritu de una manera maravillosa e imparte una consistencia santa al carácter de cada hijo de Dios.
C. H. Mackintosh