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Viernes 19 de Enero de 2024 / Los tiempos de los jueces (2) – Rut la moabita, un rayo de luz en tiempos de oscuridad
Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos.
Los tiempos de los jueces (2) – Rut la moabita, un rayo de luz en tiempos de oscuridad
El libro de los Jueces y los primeros capítulos del primer libro de Samuel se refieren más o menos a la misma época que el libro de Rut. Pero Rut es una historia de amor y de cosecha. Una historia que nos recuerda que, aunque haya hambre espiritual y decadencia moral a nuestro alrededor, Dios es fiel al corazón que se vuelve a él.
Esta historia comienza con Elimelec haciendo lo que bien le parecía, abandonando Belén (“la casa del pan”) debido a que había hambre en la tierra. Pero Dios utilizó los fracasos de Elimelec para recordarnos su propia fidelidad. Después de la muerte de Elimelec y sus dos hijos, su esposa Noemí y una de sus nueras, Rut, regresaron a Belén. Al leer cómo se desarrolla esta hermosa historia, meditamos en los días en que vivimos y en cómo Dios desea bendecirnos y atraer nuestros corazones a la persona de Cristo. Rut, traída desde muy lejos (cap. 1), entra en contacto con Booz, quien está dispuesto y es capaz de proveer y cuidar de todas sus necesidades (cap. 2). En esto vemos una figura del Señor Jesús. En el capítulo 3 vemos que Rut encuentra descanso a los pies de Booz. Esto es lo que nuestro Señor Jesús nos proporciona a cada uno de nosotros (Mt. 11:28-29). Al final del capítulo 3 leemos que Rut está sentada, esperando que Booz concluya lo que le concierne, ¡y en el capítulo 4 vemos el cumplimiento de los planes de Dios! ¡Nosotros también estamos esperando que el Señor Jesús regrese por nosotros y nos lleve a estar para siempre con él!
Jueces y 1 Samuel nos enseñan que hay fracaso, oscuridad moral a nuestro alrededor, pero el libro de Rut nos recuerda que tenemos un “Pariente” cercano que tiene el derecho de redimir (2:20), ¡y que fielmente satisfará todas nuestras necesidades, si tan solo acudimos a él!
Tim Hadley, Sr.