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Sábado 28 de Septiembre de 2024 / El declive de la tribu de Dan
Y en aquellos días la tribu de Dan buscaba posesión para sí donde habitar.
El declive de la tribu de Dan
Los últimos capítulos del Libro de Jueces revelan de manera impactante cómo Israel descendió rápidamente en su fidelidad hacia Dios. La codicia y el descontento florecieron, como vemos en el caso de un levita dispuesto a vender a su Dios y a su pueblo por dinero (Jue. 17), y una tribu que, insatisfecha con la herencia del Señor, buscó su propio lugar. La consecuencia fue la apostasía. Aunque Dios tenía la intención de ser el Rey de Israel, los hijos de Jacob amaron su propio camino en lugar del camino de Dios. Los danitas creyeron que podían encontrar algo mejor que lo que Dios les había dado. Sin embargo, su necedad los llevó a la perdición, ya que no se mencionan entre los 144. 000 de Israel que, en el futuro serán sellados y se presentarán delante de Dios (Ap. 7:4-8).
Es triste ver estas actitudes tanto en aquellos que no conocen a Dios como en aquellos que han profesado pertenecer a él, lo cual es aún más triste. Para evitar ser arrastrados por la corriente descendente de la independencia, la búsqueda del propio placer y la apostasía de la verdad del Evangelio de Dios, es fundamental tener un conocimiento vital de Cristo como Salvador y Señor. Solo así podemos mantenernos firmes.
Hay quienes se jactan de tener antepasados piadosos, o de pertenecer a una comunidad religiosa reconocida, o incluso asociarse con cristianos que tienen doctrinas bíblicas, pero ninguna de estas cosas los llevará o mantendrá en el camino correcto. Lo que realmente importa es tener una fe viva y salvadora en nuestro Señor Jesucristo, y una devoción constante y personal a él.
¡Qué maravillosa noticia es que Dios, en su gracia, está llamando a los hombres a regresar a él! Todos los que responden a su llamado son guiados por él en caminos de justicia y vida.
J. T. Mawson
Que de Ti nada pueda apartarme / Y si de nuevo, Señor Jesús,
En mi flaqueza vuelvo a desviarme, / Haz que muy pronto torne a tu luz.
J. N. Darby