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Miércoles 6 de Noviembre de 2024 / Crecimiento espiritual efectivo
Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
Crecimiento espiritual efectivo
Al finalizar esta Carta, Pedro quiere que recordemos el inminente regreso del Señor y el inevitable fin de este mundo. En este contexto, nos brinda dos instrucciones importantes. A medida que esperamos y conocemos estas verdades, debemos crecer en la gracia y el conocimiento de Cristo. Estos dos aspectos son fundamentales para que los creyentes puedan alcanzar la madurez en la fe. Juan también nos habla acerca de quienes han alcanzado esta madurez espiritual y los describe como “padres”, quienes han conocido a Aquel que es desde el principio (1 Jn. 2:13-14). Este también es el medio por el que la gracia y la paz se multiplican en nuestras vidas: “Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús” (2 P. 1:2).
Crecer en la gracia de nuestro Señor y Salvador implica que cada día aprendamos más acerca de la abundante gracia que hemos recibido, tanto para nuestra salvación (Ef. 2:7-8) como para todas las áreas de nuestras vidas. A medida que reconocemos nuestras propias debilidades y limitaciones, la gracia de Dios se vuelve indispensable para fortalecernos en el Señor y seguir adelante: “Fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús” (2 Ti. 2:1 NBLA). Además, crecer en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador es esencial para vivir una vida que sea digna al Señor y agradable, estando “llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual… llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios” (Col. 1:9-10).
En este crecimiento espiritual no se trata solo de adquirir conocimiento intelectual, sino de aplicar ese conocimiento en nuestra vida práctica. En 2 Pedro 1:5-7, encontramos una lista de virtudes y cualidades prácticas que debemos añadir diligentemente a nuestra fe. Al practicar estas virtudes, no seremos improductivos ni ineficaces en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Añadamos estas virtudes a nuestra fe y así creceremos en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Alexandre Leclerc