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Miércoles 11 de Septiembre de 2024 / El llamado y formación en el servicio del Señor
Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres.
El llamado y formación en el servicio del Señor
Aquí aprendemos acerca de la gracia del Señor que asocia a otros hombres consigo mismo para el servicio. Ignoró a los sacerdotes establecidos, a los escribas instruidos y a los fariseos religiosos para elegir a pescadores humildes. Simón es alguien que puede decir: “No tengo plata ni oro”, y de quien el mundo dijo que era un hombre sin letras y del vulgo (Hch. 3:6; 4:13). La ausencia de riquezas humanas y de educación no son un obstáculo para ser compañero del Señor o para ser empleado en su servicio. Sin embargo, por modesta que sea la profesión de aquellos a quienes el Señor llama, y que se comprometen a su servicio, no están sin trabajo. Estos hombres sencillos iban a su ocupación como pescadores cuando el Señor los llamó a convertirse en “pescadores” de hombres. El servicio del Señor no es para aquellos que no tienen nada más que hacer.
Además, los siervos del Señor deben estar preparados para el servicio, y esta formación solo puede hacerse en su compañía; por eso el Señor dice: “Venid en pos de mí”. ¡Ay! Podemos contentarnos con recibir el Evangelio para el beneficio de nuestras almas, y no sabemos lo que es perseverar en seguir al Señor en el camino de la fe y de la humilde obediencia que prepara el camino para el servicio. Puede que no seamos llamados a renunciar a todo de forma literal, como sucedió con los discípulos, pero si queremos servirlo, solo puede ser cuando él se convierte, en espíritu, en el objeto bendito de nuestra alma.
Puede que no todos estén llamados a renunciar a su profesión cotidiana. De hecho, este camino está reservado solo para un pequeño número de personas. Sin embargo, el Señor tiene un servicio para todos, como leemos en Efesios 4:7. Este servicio implicará renunciar a todas las cosas que nos avergonzarían en los asuntos de esta vida, y solo se puede lograr si permanecemos cerca de él. En cuanto a los discípulos, respondieron inmediatamente al llamado del Señor, pues leemos que “le siguieron” (v. 18).
Hamilton Smith