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Martes 7 de Febrero / Hervir de amor por Cristo
Published on:
7th February, 2023
Rebosa mi corazón palabra buena; dirijo al rey mi canto.
(Salmo 45:1)
María… sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.
(Lucas 10:39)
Hervir de amor por Cristo
“Rebosa mi corazón palabra buena”. El significado de la palabra “rebosa” es «hierve» o «burbujea». Temo que no nos hallamos muy frecuentemente en este estado. Es grandioso tener el corazón hirviendo de amor por Cristo. En lugar de esto, a menudo nos hallamos en un punto de congelación, muy lejos del punto de ebullición en la medida de nuestra devoción a Cristo. ¿Qué “palabra buena” es la que menciona el salmista? El mismo versículo lo explica: “Por eso recitaré un bello poema acerca del rey” (NTV); es decir, lo que sé acerca de él; no lo que he recibido de él, sino lo que él es para mí. Se trata del lugar que ocupa su bendita Persona en mi alma.
María de Betania escogió estar con él. Se sentó a sus pies y escuchó sus palabras. Estar cerca y junto a él es lo que deseaba su alma. El afecto por el Señor es lo que la distinguía, y su lugar estaba a sus pies. Estaba absorta con la persona de Cristo. Rompió su frasco de valioso perfume y derramó su contenido sobre él, y Jesús dijo: “Para el día de mi sepultura ha guardado esto” (Jn. 12:7). Ella temía no tener otra oportunidad para hacerlo. Otros le hicieron un banquete; pero seguramente no se le haría un banquete a alguien si se sabe que está a punto de morir. Lo que María hizo estaba en total concordancia con las circunstancias de su Señor. Aunque había un banquete, el corazón de María no estaba allí. Su corazón estaba lleno de Aquel para quien se realizó el banquete. Su corazón hervía de amor a por él. Ella era la única allí que realmente estaba en armonía con Sus pensamientos.
¡Por su Espíritu, el Señor hace que nuestros corazones hiervan de verdadero amor por Cristo! El amor solo se puede satisfacer con amor. Él nos amó hasta la muerte, y busca, a cambio, el verdadero afecto de nuestros corazones hacia él. ¡Cristo es digno de ello!
W. T. P. Wolston