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Martes 17 de Enero / Pablo y los tesalonicenses
Published on:
17th January, 2023
Así como también sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros, y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria.
(1 Tesalonicenses 2:11-12)
Pablo y los tesalonicenses
El apóstol Pablo les escribió esta carta a los Tesalonicenses aproximadamente seis meses después de visitarlos. Les escribió como un padre lo haría a sus propios hijos. Durante las tres semanas que estuvo predicando en la sinagoga, hubo algunos judíos y una gran cantidad de griegos que creyeron en el evangelio. Inmediatamente enfrentaron persecución, y los discípulos fueron acusados de trastornar el mundo entero (Hch. 17:6). A causa del peligro, los hermanos enviaron a Pablo y Silas a otra ciudad. Pablo luego siguió su viaje hacia Corinto, y desde allí les escribió esta carta.
Pablo es un bello ejemplo de lo que es el verdadero servicio al Maestro. En el versículo 7 de nuestro capítulo, él les escribe como una nodriza a sus propios hijos, pero en el versículo de hoy, les escribe como un padre. Los tesalonicenses ya no eran bebés; habían crecido espiritualmente y ya no necesitaban leche, por lo que Pablo les da alimento sólido. Es asombroso cuánto habían aprendido acerca de la venida del Señor durante las tres semanas que el apóstol estuvo con ellos. Cada capítulo, de ambas epístolas, habla de la venida en gloria del Señor para reinar. Dios tiene su propio reino y su propio Rey. Los reinos del hombre se levantan y caen. Han rechazado y crucificado al Rey de Dios y escogieron a César.
Durante este tiempo de gobierno de parte del hombre, los creyentes están siendo sometidos a sufrimiento y persecución. Por esta razón, Pablo envió a Timoteo a Tesalónica para fortalecerlos y alentarlos para que no fueran sacudidos por estas aflicciones. El reino no será establecido en poder y gloria hasta que venga el Rey, el Heredero legítimo de todas las cosas. Mientras esperaban, ellos habían sido llamados a caminar como es digno del reino de Dios, honrando a Aquel a quien Dios se complace en honrar: el Señor Jesucristo. Nosotros estamos llamados a hacer lo mismo.
Jacob Redekop